El ikebana es una disciplina de arte floral japonés, muy enraizada en esta cultura.
Su práctica es un camino de meditación hacia la serenidad, la atención plena en “el aquí y el ahora”.
Es silencio y recogimiento en la observación de la naturaleza, siempre en sintonía con las diferentes estaciones del año: ramas floridas, hojas y flores que despiertan en primavera después del ciclo invernal; después del verano las hojas cambian su color y desnudan las ramas, y junto a las flores otoñales nos invitan al reposo camino al invierno.
M. Dolors Villadelprat
